Rotura del ligamento cruzado anterior.

Rotura del ligamento cruzado anterior.

– RECUERDO ANATÓMICO:

La función de la rodilla es crear estabilidad durante la marcha. Está formada principalmente por:
o Pivote central.
– Ligamento cruzado anterior.
– Ligamento cruzado posterior.
o Estructuras periféricas.
– Cara anterior: aparato extensor.
– Cara posterior: complejo capsular posterior.
– Cara externa: complejo capsular con el ligamento lateral externo.
– Cara interna: complejo capsular interno con ligamento lateral interno.

Dibujo de la anatomía de la rodilla.

– ORIGEN Ó ETIOPATOLOGIA:

La lesión del LCA está ligada al movimiento, donde comprometen su integridad. Los mecanismos lesiónales son y ocurren con mayor frecuencia en la de práctica deportiva de fútbol.
o Valgo más rotación externa: se produce una rotación externa de la rodilla con el pie apoyado en el suelo, y arqueada hacia adentro.
o Hiperextensión: golpeo hacia al balón sin conseguirlo, actuando sin ninguna resistencia y desestabilizando la rodilla.
o Hiperflexión: el jugador cae al suelo con las rodillas muy flexionadas.
o Varo-rodilla interna: en este caso el jugador cae tras un salto con rotación interna y valgo de rodilla.

Abajo, un dibujo de la diferencia entre varo y valgo.

El futbol es la practica deportiva por excelencia de la rotura o esguince pero también puede ocurrir en el baloncesto, esquí, rugby entre otros.

También es importante conocer la llamada “triada interna”, esto quiere decir, lesión de tres estructura blandas de la rodilla:
– Ligamento Lateral Interno.
– Menisco Interno.
– Ligamento Cruzado Anterior.

SÍNTOMAS:

La sensación del paciente va a depender del tipo de lesión, normalmente cuando se trata de una situación leve, evoluciona con dolor, no dolor, y vuelta al dolor. La sensación de chasquido, falta de estabilidad son indicativos de mayor gravedad. Cabe destacar que la falta de capacidad de moverse la rodilla no siempre va ligada a la gravedad de la lesión, existen casos de pacientes que pueden caminar sin dolor teniendo el LCA roto. Mientras que otros no pueden, teniendo afectado algún ligamento colateral. El derrame articular también es signos de lesión grave.

DIAGNÓSTICO:

Rotura del LCA reciente suele manifestarse con derrame. El médico especialista, observará la necesidad o no de realizar una punción para extraer líquido, normalmente sangre.
Si por el contrario se trata de una fractura o problema óseo, la sustancia será igual que la anterior pero mezclado con grasa.
Y por último si el problema radica en traumatismo de repetición, mecánico, es decir de años, asociado a procesos degenerativos etc…, se obtiene líquido sinovial.

El fisioterapeuta realizará una serie de test ortopédicos para comprobar la integridad de las esctructura, tales como pruebas del cajón anterior y posterior o Lachman entre otras.

A nivel radiológico; la radiología aunque solo muestras hueso, por la disposición de las mismas, se puede intuir un arrancamiento o afectación ligamenta. El TAC, tampoco es muy resolutivo aunque puede mostrarnos otras patologías asociadas como artritis, o fracturas osteocontrales. La resonancia magnética es la mejor imagen para comprobar el estado de los ligamentos, aunque existen casos en los que no se llega al diagnostico sino es con una artroscopia.

Tras una cirugía por rotura de ligamento cruzado anterior, la rehabilitación constará de tres fases:

– FASE 1: Los objetivos serán bajar la inflamación tras cirugía utilizando la crioterapia, movilizaciones pasivas (sin activación por parte del paciente), y drenaje linfático manual para evacuar el exudado post-traumático de la cirugía. Esta fase se suele empezar pocos días después de la intervención. En muchos casos utilizan un artromotor para realizar movilizaciones de flexo extensión de rodilla, controlando de forma pasiva el movimiento. Debe realizar ejercicios isométricos de cuádriceps para evitar una mayor atrofia muscular. La duración de la esta fase puede variar según el tipo de paciente, pero normalmente se sitúa entre 4 a 6 semanas.

– FASE 2: Mejorar el rango articular, realizar ejercicios de fuerza de cuádriceps, isquiotibiales, abductores y aductores. Se debe controlar los puntos gatillos que puedan surgir en glúteos y tensor de la fascia lata entre otros. Tras quitar los puntos de los portales de la intervención se debe trabajar las adherencias en la piel, epidermis dermis etc… Ejercicio en piscina y bicicleta dirigidos. Duración aproximada es de 3 a 4 semanas.

– FASE 3: Esta es la última fase, encaminada a mejorar y aumentar la fuerza, para ello se emplea una fisioterapia más dirigida, para obtener mejor rendimiento según los objetivos del propio pacientes, práctica deportiva o actividades de la vida diaria. Puede seguir con bicicleta y piscina, caminar cada vez más con algún trote según tolerancia, se puede complementar con elíptica. La duración estimada es de 5 a 8 semanas.

En total el periodo de recuperación completo puede estar en 5 meses, pero es una cifra variable, dependiendo del paciente, si existe mucha patología previa o si tiene un objetivo de práctica deportiva.

Se aconseja realizar una rehabilitación pre intervención para mejorar la fuerza de la musculatura del miembro afectado, de tal forma que la posible atrofia por el tiempo de inmovilización tras la cirugía sea lo menor posible.

Hacer una rehabilitación bajo la supervisión del fisioterapeuta y del equipo médico, tras la intervención.

Este articulo esta basado en bibliografía médica y la experiencia propia, y a titulo informativo.

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